27.1.24

Entre lo claro y lo oscuro


 

Exactamente vivimos así.

Unas veces vemos con facilidad lo que se avecina.

En otras no entendemos cómo se comportan el mundo y su gente.

En ocasiones esperamos lo mejor de todo lo que nos rodea.

Y sin embargo, no ocurre lo que creemos que debe pasar.

La noche llega y con ella la oscuridad.

Escuchamos a los habitantes de esos momentos.

Y los queremos para que se sientan bien.

A veces lo oscuro nos asusta y otras lo necesitamos para descansar.

Por eso, la naturaleza se mueve entre lo claro y lo no claro.

Necesitamos de ambos para estar en equilibrio.

Si todo fuera claro nos cansaremos de ver tanto.

Y su inverso por el estilo.

Si no vemos algo no aprenderíamos de lo que vale.

Por eso estamos en la claridad y poco después aparece lo oscuro.

Con la falta de luz podemos descansar.

Y con lo oscuro, también, nos llenamos de sueños.

A ambos estadíos se le da su importancia.

No podemos ni escoger ni rechazar.

Cada instante está determinado para algo.

Y ese es el que le da valor a todo lo que hacemos.

Sentimos la necesidad de estar en cualquiera de las dos situaciones.

¿Para qué más?

Y con ello, la vida se amolda para sentir y preferir.

Lo importante es darle el valor necesario a lo oscuro y a lo claro.

Tomando lo que se necesite de ambos.

No temer a lo que se cree, ocultan ambos.

Al contrario, somos entes indispensables para apreciarlos.

Y entre lo claro y lo oscuro hay historias para contar.

Cada ser lo puede hacer.

Y llenar ambas de experiencias positivas.

No creo que lo que se presenta en estos instantes nos perjudique.

Por eso lo oscuro se nos hace interesante y descriptivo.

Y lo claro, le da la razón a todo lo que surge de su opuesto.

Feliz de estar entre lo oscuro y lo claro para aprender, cada vez más.

Ñiko

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