La Distinción por la cultura Nacional de Cuba

El humano ha necesitado para seguir adelante, de estímulos.

Esos que lo hacen un poco diferente a la mayoría.

Hay quienes le llaman destacarse.

Les gusta sentir la emoción de lo distinto.

Respirar igual, pero como si su aliento fuera de otro rango.

Algo que signifique una separación de la mayoría.

Claro, que esto está dado por lo especial que le diferencia.

Pueden ser atributos determinados.

La cualidad de realizar trabajos con calidades admirables.

Hace exactamente 38 años, una persona tocó a la puerta de donde habitaba.

Y al abrirla me entregó un sobre.

Dentro traía una nota que me informaba lo que sería para mí, POR SIEMPRE.

Simplemente, me informaban que se me había otorgado un valioso reconocimiento. 

“La Distinción Por la Cultura Nacional de Cuba”.

Mi entendimiento demoró a la comprensión cotidiana.

Eso era tan especial y admirable que tuve que hacer un esfuerzo para entenderle.

Y al darme cuenta lo que ello significaba, mi emoción se rindió.

Y el sentimiento no supo qué hacer y las lágrimas desbordaron al corazón.

Lloré como hacía mucho tiempo no lo hacía o lo había hecho.

Fui el niño que merecía un abrazo fuerte para sostenerme.

Tanto significaba para mí este reconocimiento que se hacía consciente.

La pregunta era porque lloré.

Y en verdad, tanto significado guardaba aquel pedazo de papel.

Era claro que había trabajado mucho sin esperar tanto.

En aquellos tiempos e instantes nada tenía un destacado estímulo.

Las condiciones de trabajo eran precarias.

Y esto no permitía esperar demasiado por lo trabajado.

Ese agasajo permitió sentir que no habíamos perdido el tiempo, entregándonos.

Y que desde aquí seríamos alguien que sus valores tendrían importancia.

Hasta hoy, se siente que fuimos diferente en lo que producimos y dimos.

Ñiko