1.1.24

LAS FIESTAS DECEMBRINAS

 Estos días finales de año están saturados de fiestas.

Se presentan casi como una necesidad obligada.

En el trabajo, la escuela, lo familiar y hasta entre amigos.

Se utiliza para convivir y aportar un tanto de afecto.

Tal vez tiene el sentido de haber concluído un ciclo de la vida.

Se termina un año más y hay que celebrarlo.

Claro que hay quienes se despiden para siempre.

Aunque no deja de ser el ciclo que se cierra.

El final de cada año es para hacer las conclusiones indispensables.

Por encima de lo que significa festejar.

Las celebraciones son otra manera más alegre de decir, ¿qué esperamos?

En este caso lo obligado no produce malestar ni enojo.

Al contrario, podemos participar en todas las que se organicen.

Aclaro, podrán participar a quienes les guste.

Porque para mí es un compromiso que no asumo ya.

Antes sufría la impertinencia de quienes se pasaban en el beber.

Lo afrontaba con una sonrisa dolida y molesta.

Ahora vemos cualquier lugar repleto de festividades.

Coches y gente se apilan para brindar alegría.

Las calles se adornan y aparecen zonas para procurar la venta de regalos.

Todos se dirigen a uno con los deseos de las felicitaciones.

Y aunque la navidad es una actividad religiosa, todos la celebramos.

Justo, esta festividad fue tomada de una fiesta pagana de hace más de dos mil años.

Fueron los romanos quienes le dieron su presencia.

Se le llamaba Saturnalia en  honor a Saturno y era muy parecida a la de hoy.

Se comía, se regalaba a quienes participaban y se sacrificaban animales.

¡Igualito que ahora!

Según dicen en alguna región de Inglaterra se mantiene todavía esta celebración.

Sin dudarlo el ser humano se ha repetido por siglos y siglos.

¡Y por supuesto lo seguirá haciendo!


No hay comentarios: