12.11.24

La interminable línea.


      

Dicen que la línea es una secuencia de puntos.

Que como están tan unidos no se pueden percibir estos.

La línea dibuja o mejor le da contorno a las formas.

Puede tornarse una ola en el mar.

Como un pájaro volando o posándose.

Los árboles le piden a ellas que le dé forma a sus hojas.

Una línea ayuda a subir por una escalera.

También la vuelve pluma o punta de un lápiz.

Cuando vemos muchos pelos pensamos en su utilidad para hacerlos gráficos.

El corazón de los enamorados se estructura con esa bonita secuencia de puntos.

Una puerta se abre si la línea se vuelve llave.

Y la música se lee porque las notas están hechas de esa línea armoniosa.

Y el tiempo se hace palpable a manera de agujas dibujadas por su línea.

El sol se repleta de brillo por los rayos lineales.

Escribir es darle sentido a la línea convertida en palabras.

Cuando vemos un camino se convierte en su final en esa también… línea.

La tierra está repleta de líneas que parecen ríos.

Y a veces se nos da la gana de jugar y una cuerda lineal nos ayuda a hacerlo.

Saltamos una y otra vez por la línea que se deja azotar.

Incluso cuando firmamos, una línea recta se apoya de un círculo y se lee mi sobrenombre.

La llamada retícula está armada de innumerables líneas.

Hablamos de la necesaria línea del tren, que nos lleva a diversos lugares.

Cualquier frontera es una línea imaginaria que divide dos territorios o más.

Y qué decir de las conocidas líneas aéreas.

Aunque no tengamos un referente formal similar.

Cuando lloramos buscamos el rectángulo de un pañuelo para retenerlas.

Ese se arma de su geometría que facilita a ver lo lineal.

Una ventana se arma de muchas líneas para dejar entrar o detener la luz.

Cuando la penumbra aparece esta se quiebra por líneas de luz.

Una oleada caliente hace que la línea se mueva ondulante hacia arriba.

Un espaguetis son muchas líneas de pastas cocidas y aderezadas.

Los palillos de maderas sirven para que las líneas ayuden a la limpieza bucal.

Cuando vemos un libro grueso, son tantas las líneas que conforman sus páginas.

Y para concluir, las flores necesitan de tantas líneas para ver sus olores.

Ñiko

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