Solo en la memoria aparece y se deja además, escuchar.
Allá a lo lejos el mar lanza sus olas y la cámara las guarda.
Ese sonido magnífico del mar que besa la orilla repleta de arena.
Y aunque no estés presente lo hueles con absoluta realidad.
Sabes que los peces corren nadando hacia un lado y el otro.
El mar de color cambiante se deja ver.
A veces con un intenso azul y otras entre el verde que lo hace mar.
El viento levanta las olas para adornar la superficie.
Tiene sobre él, el reflejo del cielo lleno de nubes o límpido como nunca.
Ese mar tan espléndido que lo hace sentir y hablar mucho.
Recordando su belleza para hacernos sentir contentos.
Muchos son los mares que acompañan el vivir de cada día.
El mar en su inmensidad se hace la vía de enormes y asombrosos barcos.
Pero, no menos interesantes son esos botes que trasladan a los que pescan.
Las olas se hacen visibles entre sus blancos espumosos y movimientos continuos.
Su olor a sal y a peces escondidos dentro de este lo hace apacible.
La brisa marina alegra y permite recordarlo por siempre.
La arena entre lo blanca y gris permite caminar parecido al flotar.
Si el mar llega a la costa llena de vegetación, brinda otra manera de percibirlo.
También cuando tiene ganas de volverse a la bahía.
Apreciable es ese rió, que busca descargar su caudal en el mar que le da inicio.
Y que también le recibe para darle energía.
Mucha es el agua que guarda cualquier mar.
Es indispensable para mantener la vida en el Planeta Tierra.
Hay quienes le brindan el mayor de los respetos.
Pero también existen quienes no lo hacen.
Cuidar y adorar al amar es una necesidad para todos los humanos.
Existe un Día internacional del mar que es el 8 de junio.
De verdad no lo sabía, pero deseamos que se hagan celebraciones.
Para poder cuidarlo y preservarlo como necesita y merece.
El mar es un acicate para poder estar bien con la naturaleza.
El mar guarda la barrera coralina para hacerlo aún más hermoso.
Y cuidar de la vida marina que le necesita por igual
Mar que me gustas tanto, mantente a pesar de todo lo que has padecido.
Ñiko.
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