5.8.23

En busca de lo hermoso.

Salgo a caminar y me fijo en los detalles de la calle.

Esta se encuentra armada de pedazos de piedras planas.

La vista tropieza con zonas de pasto que va creciendo según los días.

Plantas convertidas en árboles están presentes.

Frente a mí pasa alborotada una mariposa amarilla.

Allá, a la distancia viene una fila de coches que borro de mi observación-

Busco al río que grita, quiero pensar que está alegre.

El perro que siempre me saluda se acerca.

Alguien pasa y da las buenas tardes.

Otra de las cosas que tanto me gusta, porque es una demostración de amabilidad.

Eso vuelve a quien lo hace en un ente bello.

La secuencia de plantas y enormes árboles que acompañan al río siguen hermosas.

Fuertes y llenas de vida bailan en compañía del viento que las acompañan.

El paisaje es solitario y con ello tranquilo.

No hay gritos ni palabras, no gustadas.

El agua danza acompañando a la tarde que descansa con tranquilidad.

Los pájaros aunque no los vemos dicen muchos sonidos.

Estos, para que sepamos que nos acompañan.

Todos son diferentes en su cantar.

¿Qué dirán? Si pudiéramos descifrarlos sería mejor para cada uno de nosotros.

En un recodo del camino se ve una flor blanca en su soporte vegetal.

Parece puesta ahí para que la disfrutemos.

Esta sola segura que adornará el caminar de los que pasan.

Otras de las que se dejan querer son la multitud de piedras que se ven.

Desde pequeñas y redondas hasta enormes, fuertes y a la vez increíblemente… tiernas.

El caminar continua y la búsqueda de lo bello, también.

Esta zona tiene la propiedad de que no se ve tráfico.

Es la naturaleza acompañada de sus habitantes animales.

Hasta los patos disfrutan del agua que los hace flotar.

Verlos es como acompañarlos nadando en su recorrido.

Los olores del pasto se acentúan, para que podamos creer que es el perfume necesario.

Lo interesante es que están sentados mirando al paisaje… callados.

La tarde le pidió a todos y cada uno, que la dejara descansar, tranquila.

Allá, en la distancia alguien canta suavemente una melodía bonita.

Lo mejor es que hemos podido disfrutar un paseo en paz y con la belleza de compañera.
Ñiko

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