Cada noche el mismo grillo
¿Cómo es posible que lo haga?
¿Será el mismo o tendrá un asistente?
Como su espacio y tiempo de trabajo, varían.
Puede comenzar temprano su chirriar.
O incluso, escucharse ininterrumpidamente.
En ocasiones es acompañado por el concierto de la chicharras.
Que lo dejan casi sin sonido.
Pero él espera y cuando sus compañeras insectos se callan, aparece.
Dicen que su comentario es una manera de enamorar.
Llamar a la posible pareja a que le haga caso.
Pero en verdad es un sonido que no alienta mucho.
Es igual todo el tiempo en su canto.
Será un cantar o signos bucales con ciertas intenciones.
Por lo menos este grillo que pernocta junto a la ventana del cuarto, es débil.
Aunque en instantes se hace más fuerte su decir.
Tal vez, en ese momento su pretendiente se va a ausentar.
Y él acelera su grillerio para que se quede.
¿Qué le dirá para que esta no se marche?
Podría ser: ¡te quiero bella grilla y por eso te canto este poema!
Lo increíble es que a veces desaparece y domina el silencio.
Tal vez, llegue tarde porque no pasó su taxi que lo trajo.
Este grillo es insistente y no pierde oportunidad para que sepamos que ahí está.
Lo maravilloso es que no está solo.
Detrás aparece un coro que lo apoya.
Sin dudarlo un instante, él tiene dominada la noche y grita todo su amor.
Si su enamorada lo asimila es difícil de saber.
Porque el grillo dice y dice de muchas maneras.
Cuando creemos que desapareció retorna su chillar.
Más alto o más bajo, pero lo manifiesta para que no pensemos que se ha ido.
Avisa a todos los que le prestan atención.
No importa que aparezca más o menos tarde, porque llega y se queda.
La noche es su compañera que lo protege.
Lo cierto es que, le da un carácter a lo que escuchamos y lo imaginamos.
Debe ser bonito porque no para en hacerse sentir.
El grillo está ahí junto y seguirá susurrando, a su manera. ¿hasta cuándo?
Ñiko
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