Cambiar lo acostumbrado.
Lo que ocurre, generalmente, es una constante.
Todo transcurre como en una repetición.
Desde el momento que despertamos hasta que dormimos.
Lo más nimio puede repetirse una y otra vez.
Aunque lo más preciado se comporta con cierta dignidad.
Digamos que vivir feliz y pleno.
Esto depende, en gran medida, de cómo somos.
Claro que muchos quieren que esto ocurra.
Pero tal vez, pedimos demasiado para lograrlo.
Sin percatarnos, que lo más simple y menos complicado está por todas partes.
Y con esa receta obtenemos muchos estímulos.
Que para algunos son invisibles.
Siempre he pensado, que lo mejor para cualquier individuo es HACER.
Y lo pongo en cursiva y negrita para que se destaque.
Esto significa tanto, que a veces cuesta mucho lograrlo.
Sin embargo, está a nuestro lado para llenarnos con esta actividad.
La felicidad es estar conforme con uno y saber que puedes lograr cualquier aspecto.
Dándonos una posición en cada día que vivimos.
Lo por realizar no tiene límite ni complicación.
Cualquier aspecto que seleccionemos nos ayudará.
Lo valioso es hacerlo con todo el amor y pasión que se necesita.
Y nada menos que creer en ti.
¿Por qué no en… tú? En TU capacidad para enfrentar lo que sea factible.
Lo válido es que puedes tener el interés para hacerlo.
Pero no sabes cómo y con eso se detiene lo que quieres.
Aquí decimos que no importa si eres capaz de enfrentar lo que sea.
Encontrando en todo, el mejor de los placeres.
Estar convencido de que cambiar lo habitual dará seguridad.
La costumbre hace que limites el atrevimiento, para así vivir activamente.
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