10.2.20

Los decires del cuerpo.
El cuerpo es nuestro acompañante de por vida.
Los años se ocupan para irlo cambiando.
O mejor decir, desgastando.
Hacemos lo indecible para mantenerlo en su llamada forma.
Ejercicios y una alimentación adecuada para que no se resienta.
Aunque también es cierto que hay quienes le prestan poca atención.
Lo maltratan y ponen a prueba su capacidad de resistir.
El cuerpo y sus alteraciones se van produciendo a medida que crecemos.
Junto con ello, las diversas funciones que lo hacen mejor.
Las grasas y otros alimentos conspiran contra él.
Un cuerpo ágil es motivo de disfrute.
Así como el que poseen algunas mujeres.
Que con su edad lo pueden mantener bello.
Lo increíble es el cambio tan radical que se va forjando.
Desde la niñez hasta la vejez.
Es como si en ese cuerpo existieran varias personas.
Lo liso y lo arrugado se ponen de acuerdo para ocupar su sitio.
Y por supuesto su tiempo que es fundamental.
Los llamados achaques se van dando presencia y lo van desestabilizando.
Un cuerpo sano se lleva con tranquilidad.
Cualquier alteración nos pone entre la preocupación y la incertidumbre.
El cuerpo es una muestra de lo pesado que podemos ser.
Lo delgado ayuda a aparentar menos conflictos de vida.
Aunque eso no es una regla.
Siempre se escucha que debemos cuidarlo.
Pero en verdad, ¿hay alguien qué no se preocupe?
Sobre todo cuando los años se hacen cargo de este.
El cuerpo es el que deja ver la vida hecha realidad.
Sabemos que en muchas ocasiones engaña.
Pero ayudarle a que se mantenga es la responsabilidad mayor.
Cuando el cuerpo no está todo terminó.
Por eso un poco de esfuerzo, siempre es indispensable.

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