12.8.19


La alegría.
Es un sentimiento que te brinda la vida.
Está permeado por la emoción.
Hace que el cuerpo reaccione a numeroso estímulos.
Desde el rostro hasta las  extremidades se ponen en acción.
Cuando la emoción nos domina podemos levantar los brazos.
O dar algunos golpes de piernas para reflejarla.
Aplaudimos y la sonrisa se muestra encantada.
Nos sentimos como si el aire fuera delicadamente fresco.
La alegría hace que todo nuestro yo brille con intensidad.
Se dice que el amarillo es el color que muestra mayor alegría.
Curioso, que ese sea mi color preferido y más utilizado.
La alegría nos acompaña para sentir el vivir mejor y con mejor intensidad.
Hace que el corazón se sienta alegre.
Es también, una especie de medicina que mantiene al cuerpo sano.
Estar alegre hace que veamos la vida de otra manera.
La alegría está fuertemente emparentada con el humor.
Sin dudarlo, el estar alegre permite que todo lo que se mueve alrededor, sea valioso.
Hace que cualquier aspecto negativo se vaya.
Nada mejor para encontrar la felicidad que el estar alegres.
Casi son sinónimos el estar alegres y felices.
Un ambiente lleno de alegría se hace más ligero y aceptable.
La alegría se manifiesta con una andanada de risas.
Un rostro alegre da confianza.
Su contrario es incomprensible y para nada disfrutable.
Aunque hay que pensar que al conocer la tristeza percibimos la alegría de otra manera.
Son los opuesto y por tanto podemos apreciarles mejor.
Por algo se presentó en un circo diferente y verdaderamente humano.
Pequeño detalle: “Alegría” fue un espectáculo del Circo del Sol, presentado en 1994.
También “La Alegría de vivir” es un cuadro del pintor francés Henry Matisse.
Y cómo no tomar alegre cada miércoles, que te presentas con esa hermosa sonrisa.
La alegría es contagiosa y se demuestra disfrutando con quienes nos hacen serlo.
Alegre de haber vivido así y seguir siéndolo, aún más por ti.

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