30.10.14

Y más, mínimas historias.

* Este es un calcetín de rayas café. Se entusiasma cuando es colocado en armonía con la camisa o blusa. No importan los zapatos que lo contendrán. Siempre se ajusta a la pierna y al pie, sin tomar en cuenta el tamaño de éstos. Es largo y ligeramente ajustable. Cuando se lavan y cuelgan del tendedero se mecen con suavidad. Parece que hacen mucho ejercicio. Son muy flexibles.

* Unas piernas robustas caminan llevando a un cuerpo proporcionado y bello. Cada paso permite un balanceo sensual. Los pasos se alargan o acortan dependiendo de lo sinuoso del camino. No hay dolor que impida al apurado paseo no ser disfrutado. Claro que existen tropiezos. Pero éstos nunca dejan de caminar buscando lo entretenido del paseo.

* El dedo índice se ha propuesto indicar cada aspecto que le rodea. Señala a la nube que pasa apresurada buscando donde descargar su aguado contenido. Al personaje que se apura en cruzar la calle. Y así, también, se le da otra función. Se introduce en la oreja que mantiene un determinado escozor. O se dobla para rascar alguna parte del cuerpo que le altera con su picor. Él, se siente unido con otros de sus congéneres que lo acompañan en cada mano. Y se cree el más importante.

* El ¨plátano macho¨ se siente molesto porque le han dado ese nombre. Es un vegetal duro cuando esta verde, pero si madura se siente suave y dulce. No soporta que lo asocien con alguna actividad de ese género. Su función es ser frito. Envidia un tanto al plátano manzano y al roatán. Pues, son llamados injustamente, de fruta. Lo que plantea es su variedad y diferencia de sabores en el momento de ser consumido. Lo cortan delgado. Lo aplastan. Se vuelve crujiente o delicado al paladar. Es todo un ¨señor¨. Así, preferiría ser nombrado: ¨plátano señor¨. Nada de macho.

* Suena el teléfono. Y una suave voz lo acompaña. Su timbre se puede cambiar. Se pone rojo de pena porque le hablan, a su especie de oído. Su papel fundamental es comunicar. Esta lleno de funciones que no le interesa utilizar. Él, escucha y le gusta que le hablen. Suavemente, con cierta tranquilidad. Se estremece cuando le gritan. Sabe que da lo mismo, pues no va a acelerar la relación que se logra entre quienes hablan. Es un logro ser inalámbrico. Su diseño es moderno y delicado. No pesa. Es cómodo de maniobrar. Es digital y de botones. Se acuerda de su anterior familia que estaba formada con un disco que giraba y la constitución de estos era de plástico pesado. Por lo general se veían de color negro. Y al llamar escandalizaban sobremanera. Sin embargo, ahora su timbre se comporta musicalmente. Que orgullo pertenecer a esta generación de teléfonos.

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