Quiero decir palabras. Muchas. Quiero decirlas al revés y al derecho. Quiero gritar muy alto. Susurrar con cariño. Tal vez olvidar, pero estaría contento si pudiera moverme entre muchas imágenes, que expresaran sentimientos, conflictos y sin pedir demasiado, ideas.
Que hermoso detenerte frente a un dibujado paisaje, que necesita comunicarnos que se agota y que por la acción de la imagen podemos ayudarlo a que siga brindando su placidez y frescor.
Dejar atrás temores y acercarnos a tocar el delicado plato, ilustrado con el dibujo juguetón, lleno de colores y líneas, que quieren escaparse de la superficie vidriada, para adornar los espacio cotidianos de vida.
También, es apasionante, admirar esas hojas de papel que se llenan de figuras y textos, logrando aparecer lo que somos o debimos ser, pero que no nos atrevemos a descubrir con palabras. Así, el encuentro con lo que se expresa y que parece lejano e imposible, pero que convertido en libresco álbum se presenta, enseguida, a explicar o dejar que digamos, sin tapujos, lo que sentimentalmente necesitamos como humanos.
O la secuencia de carteles que gritan, comentan críticamente y piden atender, entender los reclamados derechos a expresar con libertad un sinnúmero de expectativas y deseos no logrados.
Todo este conjunto de valores expuestos en amarillos espacios, descansan en paredes, muebles, sin olvidar el significado gráfico, que le acompaña de la mano y el pensamiento de una juventud ilustrada y graficada. Es, por supuesto, la conversión de la titulada muestra, que se completa como un ejercicio de síntesis visual, para que quede en el recuerdo como el "2 de Quinto".
-Ñiko
Palabras para la Exposición "2 de Quinto", Amarillo Centro de Diseño, 24 de febrero de 2011, Xalapa, Veracruz, México
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