13.11.07

¿Sabes qué?

Me gustaría viajar entre nubes y mirar, siempre, hacia arriba.
Como buen creador, procuro fabricar un diferente universo que nos permita disfrutar la esencia de las flores, atrapadas en sus trazos.
Acercarnos a la vida útil y no útil de los placeres que nos permite la visión.
Enfrentarnos a las letras que se esconden en las abiertas páginas de un diario.
Ruborizarnos con las texturas de los asustados productos consumidos, que son adornados con las lágrimas de las necesidades.
Buscadores de medicamentos que nos curen de la nostalgia de imágenes que claman por nuestra atención.
El susurrar de carteles, que te acarician y tocan por la espalda, para decirte: quiero ser extrañado y recordado por siempre.
Receptor de invitaciones desordenadas de estos catálogos de luces almidonadas.
Contempladores del rayo que ilumina nuestra imaginación, juntando las hojas de los árboles que guiarán y salvarán a la aburrida pasión.
Olvidadas nubes del comienzo, que nos obligan a navegar por el rumbo del ocaso de la inteligencia.
Colores que se esfuerzan en cubrirnos del frío vidrio que protegen a la oval etiqueta.
Mordeduras del ácido, que descubren las intenciones de una gráfica, que nos funde y confunde con el abrazo de lo útil.
Dolor de ahora, de mañana y de la siempre indispensable función: digerir a vida y devolverla al vuelo de mis nubes, para así poder, también, mirar hacia abajo.

Palabras de inauguración de la Primera Jornada de Diseño Gráfico de la Escuela Gestalt de Diseño. Centro Recreativo, 30 de noviembre de 1995, Xalapa, Veracruz.

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