Boquiabierto.
Es una expresión que contiene asombro.
También puede entenderse como un poco de sorpresa.
Y su consecuente dosis de admiración.
A veces, vemos algo que nos llama la atención y aplicamos
el termino atónito.
Y esto puede producir un movimiento con la boca.
Quedando abierta para poder explicar el termino de que
hablamos.
También se refiere esta especie de asombro con quedar pasmado.
O sea, abrimos la boca para decir algo.
Pero lo visto, no nos deja expresarnos de otra manera.
Quedando estupefacto y con la boca casi, cercana a
lo entreabierto.
O como dijimos en el
comienzo, boquiabierto.
Y con ello hay una especie de fascinación, que llega
al estupefacto.
Palabra que no imaginamos como convertirla en formal.
Hay otras palabras que acentúan la acción de la boca entreabierta.
Que por cierto lo boquiabierto es más bonita.
Como palabra, su imagen y contenido.
Tan distante de patidifuso, que se parece a un
sinónimo de la referida expresión.
Palabra no muy agradable en lo formal e imaginativo.
Lo mejor es que quedar boquiabierto es una agradable
sensación.
Rayana en lo extraordinario por su implicación.
Quizá por la consecuencia similar a lo que nos asombra.
Podríamos adicionar el sentimiento que nos llena al
producirse.
Pasmado sería una connotación, tal vez muy
implícita.
Aunque es real, cuando lo boquiabierto se produce,
ocurre esto.
La expresión acondiciona un poco lo que el rostro quiere
decir.
La sonrisa aparece y la boca tiende a entreabrirse.
El estar maravillado ayuda a que nuestra expresión
se torne en boquiabierta.
Lo extraordinario es como existen tantas maneras de darle
una explicación.
Ese momento en que nos quedamos pasmado por lo
sorprendente.
Y que nuestra reacción es entreabrir la boca.
Así lo boquiabierto se transforma en tanta implicaciones.
O explicaciones del sentir y su formalidad como parte del
cuerpo humano.
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