13.8.15

De vuelta al acuario.

Hace años visité el acuario.
Éste se levanta junto al mar.
Ha crecido desde que lo descubrí.
Nuevas secciones lo conforman.
Se me hace como una especie de vitrina inmensa.
Un mueble de exhibición.
Una construcción que violenta al paisaje del mar.
Repleto de seres que desconocen lo que hacen.
Mostrarse... para entretener a una multitud de humanos.
Me da un poco de pena y vergüenza ver a esos seres ahí.
No se porque tenemos que pasar el rato, utilizando a otras especies.
Cientos de ojos los observan asombrados.
Los comentarios se escuchan señalando lo que hacen.
Aunque esto sea lo normal para todos ellos.
El hecho, que su situación es que están mostrados en un edificio.
Encerrados y privados de su libertad.
Es como una cárcel de humanos, pero para seres marinos.
Me pregunto y se me ocurre ¿cómo sería un “humanario”?
Que los peces nos vieran encerrados en una enorme caja transparente.
Nosotros caminando por un paisaje artificial.
Y ellos, nadando alrededor nuestro observándonos.
Claro, éstos no se expresarían como lo hacemos nosotros.
Pero, se acercarían a la vitrina y nos mirarían detenidamente.
Seguiríamos caminando, nos sentaríamos.
Y daríamos la vuelta al paisaje para que los de afuera comentaran.
Mira ese humano lo que hace.
Aquel se detuvo, se está rascando.
Mira, le dio un beso a aquella humana.
Bueno creo oportuno concluir y no seguir delirando.
Lo cierto es que el acuario es una demostración de la belleza de otros seres.
Que debían apreciarse en su habitat natural.

Y dejarlos de mostrar artificialmente. Pido mucho?

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