30.6.15

Mi deseo de ser árbol si no fuera lo que soy

Lo primero porque sería una planta perenne.
Ampliamente ramificado.
Con cuerpo llamado tronco leñoso.
De alturas superiores a los tres  y seis metros.
Poseyendo grandes follajes y hojas abundantes.
Con la posibilidad de tener nuevas ramas cada año.
Me pregunto qué árbol me gustaría ser en particular.
Pienso un poco y me digo, una secuoya.
Crecen hasta más de cien metros de altura.
Incluso viven miles de años.
Claro si no llega un humano y lo desaparece.
Lo único que no me gusta es que su panza llega a siete metros de diámetro.
Pero no importa, es tal su fuerza y presencia que vale la pena querer ser.
Todo el que le ve queda siempre admirado de su poder visual.
Lo otro, es un factor indispensable del paisaje natural.
Tendría mis eternos zapatos, que crecerían a la manera de raíces.
Mi cuerpo estaría forrado de una corteza como ningún otro árbol.
Sería un espécimen particular y diferente de secuoya con corteza amarilla, nada de roja.
La llamada copa, serviría para demostrar los más variados peinados.
Sus ramas son como si pudiera tener muchos brazos, hasta algunos caídos.
Mantienen un sentido comunitario, solo para protegerse del fuerte viento.
Por lo demás son individualistas al extremo.
Siendo de esta altura todos los pensamientos e ideas estarían muy altos.
No sería fácil percibirlos o sentirlos.
Al ser tan longevo tendría mucho tiempo para reflexionar sobre lo que me rodea.
Y aceptarle sin querer cambiarle.
La lluvia sería el delicioso baño que disfrutaría tras cualquier tormenta.
Y el alimento lo absorbería sin tan siquiera percatarme.
Algo importante y valioso, sería un árbol protegido.
Bueno, ser un árbol así y no competir con otros, me parece un tanto aburrido.
Lo único no factible es que no sé de ningún árbol, que quiera ser diseñador gráfico.

Tal vez, podría ser yo el primero.

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