21.3.14

Continúan las mínimas historias

El tenedor, apresurado, quiso devorar la carne, mostrada en un suculento plato.
La camiseta a rayas, le dieron a escoger, preferentemente, si verse en vertical u horizontal.
El borrador y el gis, serán enemigos incondicionales, para siempre.
El día domingo se cansó de no hacer nada y espera con ansia al lunes, para hacer menos.
La noche estaba acostumbrada a desvelarse sin cansarse, por ello, se despertaba temprano.
El arco iris decidió llenarse de más gotas de agua, para tener más colores
Por qué si el gato tiene cuatro patas, se busca, solo, sus tres pies.
La bufanda se apretaba contra el cuello, es que tenía mucho frío.
La lágrima le dijo adiós al ojo, pues decidió irse con el pañuelo.
El paraguas tenía rota una varilla y se sintió inválido, porque no podía abrirse.
El recuerdo le envió saludos a la memoria olvidada.
El rastro, miraba a cada instante, para no perderse en el camino sinuoso.
Cómo podré hacerle para levantarme con el pie derecho y así, tener buena suerte.
Los insectos no tienen picos, entonces como se le llamaría a su mordedura.
El árbol que crece torcido, debe colocársele un corrector de tronco.
Será cierto, que al pepino, no le importa nada de lo que ocurre.
Se esta buscando a los besos que saben a melón y queso.
La servilleta se apresuró a limpiar los labios de ella, una y otra vez.
La carta llena de dudas, no se decidía si ser enviada o ponerse a jugar.
Al pelo le daba cierto asco, ser tomado, por cualquier persona.
La rutina estaba tan aburrida de repetirse, hasta que se cansó.
El tiro por la culata puede herir al que dispara.
El grito permaneció en silencio para no provocar temor.
El absurdo se negaba a poseer la razón, para así, mantenerse extravagante.
El pegamento que utiliza la lapa, esta a prueba de agua.
El espejo pensó mucho, para seguir aplicando las leyes de la reflexión.
El aguacero prefería llenarse de más números, para contener mayor líquido.
La jaula del pájaro lloró, cuando éste decidió abrir la puerta quedándose solitaria.
La cafetera hervía de gozo entre el olor y el calor de la infusión aromática.
El hielo rígido y frío temblaba en su temperatura tan baja.
El dulce y el amargo se enfrentaron en una pelea de sabores, y preguntaban, quién ganará.

La mano se sostuvo de la otra mano para sentirse segura.

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