14.5.13

Ilusión pétrea


Frente, la escalera que asciende. Arriba, un paisaje de imaginación. Cada espacio se vuelve confrontación. A medida que subes aparece una pared convertida en mural, éste, reposando, en su manchada superficie de colores y formas sutiles. En algún extremo del espacio, se siente, como magia, el olor y rugido del fuego, concentrado en un platón desbordante de cenizas, protegiendo a un extraño ser mostrando sus rígidas extremidades, que al observarse parecen moverse. Otro, deja escapar un suave plumaje entre los brazos ligeros de la figura petrificada como contraste visual.
Seguir descubriendo, el tesoro guardado a manera de aparente ánfora sin asas y con
su cuello curvado, terminado en delicadas y vaporosas plumas que lo hacen un ser mítico.
Mientras, los muros cambian su superficie por delicados y rayados trazos que complacen
la percepción. Son tan variados de colores tiernos, que deslumbran y llenan de asombro si los observas con detenimiento. Esto es solo una parte del espectáculo que surge a los ojos asombrados del espectador, reluciente, blanquecino y aparentemente pétreo .
La pregunta es quién es capaz de crear tanta riqueza de sentimientos y de imaginería visual, a través de un recurso expresivo realizado con delicadas manos, amasando al húmedo y pegajoso barro. Así, la cerámica se vuelve Mariana y ésta a su vez, la transforma en arte imperecedero de su tiempo.
Frente, la escalera que desciende. Abajo, en la calle, un paisaje sin imaginación.

Ñiko
Palabras exposición de cerámica de Mariana Velázquez, Galería Alva de la Canal, 27 de abril 2013

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