13.7.11

El obligado asombro para con Fukuda

Cómo podemos asegurar que un diseño es bueno? Simplemente porque las imágenes son tan precisas, directas y que hacen sentir emoción a la hora de analizarlas. Puede ser que los sentidos compartan su percepción entre lo observado y el principio de síntesis que se produce entre ellos. Serán las ideas que te hacen cambiar de criterios y las valoras con detenimiento, produciendo asombro entre los colores, imágenes y la selección tipográfica.

Cada producto de diseño se engarza en el ir y venir de las intenciones comunicativas. Enfrentarnos al reto de un trabajo gráficos que nos deje pasmados por lo que llega a nuestro intelecto, es la razón de todo el entramado que producen las imágenes y su contenido. Todo eso es lo que encontramos en un cartel de Fukuda, cualquiera se emociona cuando vemos la bala de cañón que se ha negado a seguir su destructor camino y nos alegramos de su timidez volviendo al interior de donde se gestó la malsana consecuencia. Además de la simplicidad del dibujo y su aplicación del negro y amarillo como resultado cromático, es un canto a la "victoria" de lo estético y de las ideas a favor de la gráfica. Pero Fukuda no se queda en lo graficado, irrumpe en la tridimensionalidad creando objetos no convencionales. Le da su toque fantástico, absurdo y los vuelve "imposibles". Tazas, tijeras, lentes, cuchillos se vuelven producto de la creación y se descubren a otra dimensión que produce una ligera sonrisa de aceptación.

Fukuda se propone despertar la admiración de los transeúntes con sus esculturas-objetos cotidianos, que como el tenedor gigante te invita a rodearlo y descubrir las cuatro imágenes estilizadas de una mujer o de varias de ellas. Y no decir su dominio de la sombra para que su ingenio se vuelvan barcos, motos a partir de tenedores cuchillos y cucharas.

Y lo más importante, lo podemos hojear en los folios de la historia del diseño gráfico moderno. Y para dejar abierto la constante admiración que sentimos por este, su trabajo, reconocemos que ha logrado mantener nuestra capacidad de imaginación y el interés de descubrir con asombro que se mantiene presente empujando a la adormilada imaginación. Así será por muchas generaciones de diseñadores gráficos. Además, Fukuda logró que su obra sea adorada como la que me regaló dedicada, que preside una pared lateral a la entrada de mi vivienda y a la que le coloco flores naturales para ayudar a mantener su memoria. Y sentirme acompañado y protegido por su creatividad.

Ñiko
Comentario para tesis de alumno Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.


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