Ah!, el chile, cuanto agradable picor guarda en su vegetal presencia.
Siento como una lágrima se desprende corriendo por la enrojecida mejilla.
Insisto en adorar su provocador picante, al punto de maldecir.
Y este, su olor, que compite con su ardoroso sabor, te lleva a flotar y comparar tu destino de comensal.
Instrumento y recurso para expresar la diversidad de sentido, doble o multiplicado.
Así, intento esperar que los labios se escondan y sean lamidos para apaciguar el dolor.
Mordida que aventaja y aumenta su crujido.
Pero no menos apreciable, regodeándose, vemos los tantos colores y formas que le adornan.
Único… y parte indiscutible de nuestra picante identidad.
Ñiko
Exposición de carteles saludando el Taller Integral / alumnos 5to A y B
Escuela Gestalt de Diseño, diciembre 2009
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