Caminando muchas tardes

Animación por Joan

Hoy he salido a caminar. Cada paso desplaza un tanto de aire a ras del suelo. Pero, también se siente una pequeña energía inicial, que te ayuda a producir un sentimiento  de libertad. Las piedras, los guijarros se atraviesan despertándose de la monotonía de la tarde. La hierba, los hinojos se asoman por el camino escogido, como admirando cada pisada. El río se aproxima, para saludar los cansados pies, que se niegan a adentrarse en el fluir de las arrebatadas aguas. Los miro desde arriba y los comprendo. Sigo la brecha y una piedra es golpeada para comenzar el juego de la sinrazón. Tropiezan buscando el equilibrio. Se detienen para apaciguar el agotamiento que se va convirtiendo en dolor. La energía se apura para continuar con ellos y no quedarse varada en una curva del camino. Han llegado al colgante puente y los animo a cruzar. Se que tienen temor de un tropezón por el deterioro de sus tablas que se balancean peligrosamente. Cada pie se aferra para llegar al final y cumplir con la caminata. Llegamos a una vía empedrada, empinada, llena de agua que fluye hacia la sima de un terreno baldío. Siguen despacio, con cuidado para cubrirse del agua que serpentea el camino. Ya un poco más animados por el final de su recorrido. Apurándose para concluir con un tanto de gusto por el esfuerzo convertido en ejercicio, se aseguran de llegar a la meta, que es un poco de cuidado a la salud corporal, responsabilidad de estas extremidades al final de este, mi tiempo.