5.10.09

De negro se viste el café

Ilustración de Joan

Sorbo a sorbo el paladar se va enamorando,
se recuesta en el dulce sabor que repleta las papilas,
se siente calmado por el oloroso y cálido aroma.
Degustar el humeante y negro café
te ayuda a recrear la amena conversación
o acompañar el libro que intentas leer.
Las página se mueven y saltan con cada respirar.
Lo amargo se esconde para brindar compañía.
Delicioso momento de tranquila intimidad.
Inevitable presencia de la preferida taza,
que se regodea al contacto de los dedos y labios.
Momento diario para el preferido recuerdo.

1 comentario:

Amalia Pedemonte dijo...

NADA MÁS OPORTUNO QUE UN RECUERDO ACOMPAÑADO DE UN CAFÉ

SALUDOS, AQUILEANA.-


http://aquileana.wordpress.com/