5.10.09

Congrí, hoy salí a buscarte una veladora para cambiar la que has tenido durante estos dos interminables meses que no has estado. Se que lo hice, no por creer en religión alguna, sino para sentir que te he ofrecido un pequeño regalo de luz, un recuerdo que se mantendrá ahí, iluminando esa oscuridad donde estás y no te sientas sola.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Saludos ñiko,
Le escribe Carlos Zamora, diseñador cubano residente en St. Louis, EEUU. Yo llevo una pagina en Facebook llamada Cubacartel, junto con Pepe Menendez desde la Habana y Edel Rodríquez desde NYC donde estamos intentando conectar a los diseñadores cubanos desperdigados por el planeta. Creo que algun alumno suyo dejó un comentario en la pagina solicitando su presencia y dandome este link de su blog. Me encantaría mostrar sus carteles en esta pagina de Facebook. No creo q los actuales diseñadores en Cuba conozcan su trabajo mas reciente. Yo soy profesor de cartel en una U de aca, e hice esta pagina para que conectar a mis alumnos gringos con los jovenes diseñadores en Cuba, y tambien para oxigenar la vision de los diseñadores cubanos de lo que los mismos cubanos fuera estamos haciendo. Yo fui alumno de Rostgaard y desde Quito Ecuador hice una expo en su nombre cuando fallecio en el 2004, antes de venirme a EUA. Me encantaría mandarle el catalogo de esa exposicion si me facilita su direccion postal.
Un abrazo, y que gustazo encontrarlo,
Carlos Zamora
rosagrafic@yahoo.com

Arturo Colombres M. dijo...

Cada palabra que he leído, desde los anteriores, me ha conmovido, tuve una experiencia igual con mi perro, hace un mes, se fué de casa, y nunca regresó y es realmente una sensación inexplicable, más cuando ellos lo dan todo por tí, y aveces por falta de tiempo no les puedes dedicar el tiempo que se merecen. Todo lo que he leído de usted maestro, es justo lo que me pasa. Saludos, y un abrazo desde tierras poblanas.

Unknown dijo...

Ñiko, siempre he pensado que existe otro lugar al que llegamos cuando nos vamos de nuestro cuerpo.
Yo imagino a Congrí en ese sitio a donde los animalitos también van, y no es un sitio oscuro sino de mucha luz, de la luz que mana de la inocencia que los caracteriza.