2.9.08

A los que nacen a la arquitectura y al diseño

Abrir los ojos al tiempo. Mirar cómo con estas cortas alas intento volar. Volar sobre campos sembrados de conocimientos. Despegar con tanto esfuerzo, quizá caer, volviendo a emprender el camino difícil, estrecho y amplio a la vez. Sufrir y reír, como resultado de muchos días de sol y luna. Llover en el momento de la confrontación.

Sé que temo al futuro de imágenes inventadas. Al atardecer o a la suave mañana del sueño que siempre debe mantenerte despierto. No quiero tener temor del futuro porque este espacio me da fuerzas para creer en mí. Puedo, porque estoy vivo. Aprendo, porque mis manos me guían. Sé lo que quiero, no hay vuelta atrás. Mi soledad ya tiene compañía por siempre. Corro contra el tiempo que me obliga a aprender.

Siempre diré que sí.

Que suerte, me veo con alas más repletas. Puedo volar más suave. Todo se detiene y lo puedo dominar. Sé que voy a terminar muy pronto. Gracias al sonido que me reafirma. Gracias a esa forma magistral que me ayudó.

Vuelo muy alto. Todo lo observo desde arriba. Ya no estoy solo. Soy cientos, miles, eternos. Fuertes y seguros. Formo imágenes, sonidos, espacios que me cubren del frío y de la luz, que adornan mis internos paisajes cotidianos, que me entretienen en el devenir de páginas multiplicadas a diario.

Soy para siempre creador.

1 comentario:

enrique dijo...

nacer y renacer, crear para la libertad.

gracias por sus palabras