17.12.07

Sustentabilidad del Diseño Gráfico Urbano en el siglo XXI

En el contexto en el que vivimos no hay una preocupación por estar conforme y en armonía con el hecho visual.

El Diseño Gráfico Urbano es un término o concepto relativamente nuevo. Surge a partir de la especialización, que la gráfica va exigiendo en la variedad de elementos visuales, necesarios en el paisaje urbano y como atributo de la comunicación, en tanto señalizaciones exteriores, ambientación gráfica de cafeterías, gráfica escultórica, escaparates, así como la gráfica del transporte; dentro de esta última, como medio de publicidad de diversos temas de anunciantes, por ser, además, un vínculo entre los espacios que permite la ciudad y el elemento móvil en que se convierte el transporte, aparece, se impone como un complemento expresivo de innegable resultado y otros ejemplos que analizaremos brevemente.

Es en estos espacios en que confluyen los grandes públicos de cualquier nivel económico, donde puede producirse una alternativa de la gráfica urbana más acorde con lo masivo de las necesidades urbanísticas, permitiendo, un aprovechamiento de los recursos que facilitarán el desenvolvimiento de las grandes masas en el traslado entre los espacios urbanos y su habitat. Por ejemplo una gráfica aplicada al transporte, donde la propuesta se convierta en un resultado decorativo, pero a la vez de recurso didáctico, de información y hasta del conocimiento sobre temas de interés de la comunidad. Adornar el concepto del “móvil urbano”, que transita por las calles y avenidas con imágenes que instruyen en una receta tradicional de la gastronomía local, o de las plantas medicinales que ayudan a palear los males del cuerpo, o mostrar las flores típicas de los lugares que habitamos, o de esa enorme cantidad de plantas endémicas que desconocemos y por tanto no sabemos protegerlas. Imaginemos, por un momento, cómo se vería el transporte urbano con un buen diseño gráfico, atractivo, con imágenes creativas y con una alta capacidad de ingenio, de reflexión, que no solo sirva para adornar o cubrir una superficie, sino también, como promotor de la cultura local, además, de los aspectos turísticos. Ir más allá, desbordar el tradicional concepto de que un autobús de pasajero solo sirve para transportar a los ciudadanos, y para nada más. Sin duda que este es su aspecto más importante desde el punto de vista de la función social, pero si podemos imprimirle otros valores como un acercamiento a los conocimientos de las tradiciones de la cultura, a través de la imagen gráfica, sería un innegable aporte a la actividad visual del acontecer urbano.

Sabemos que las pequeñas y medianas ciudades carecen, en general, de un ordenamiento gráfico. Cada aspecto de la vida urbana puede y debe contender por un desarrollo visual, en franca armonía con el acontecer económico, cultural y social y que es precisamente de lo que carecen estos espacios urbanos. En las grandes ciudades de los países en vías de desarrollo estos aspectos tampoco se atienden y mucho menos son aplicados. Incluso, los conceptos novedosos que se integran al entorno urbano, no son tomados con el cuidado que requieren, como el “escaparatismo” o las llamadas vidrieras, o vitrinas, que no son más que una muestra de creatividad en función del producto de venta en cualquier sociedad de consumo, determinado por un espacio reducido y donde su mayor atributo radica en la comunicación con tres de sus lados, siempre a la vista exterior de un público furtivo que se pasea despreocupadamente y que le dedica un poco de su tiempo a analizar lo que se le ofrece visualmente. El diseño de escaparates tiene como resultado un efecto de dentro hacia el exterior urbano, casi de entretenimiento, pero también de guía y de muestra para promover la compra de los artículos que se ofrecen de manera expositiva y que son parte del contexto de las sociedades urbanizadas, desarrolladas y hasta subdesarrolladas.

Los espacios vacíos, de entretenimientos, o de plácemes deben ser totalmente lúdicos, donde los usuarios urbanos experimenten un goce visual, pero a la vez un propósito del ejercicio físico, de recorrer esos espacios cuando estos se utilizan como esculturas monumentales, como objetos gráficos tridimensionales. Imaginemos el efecto que haría un objeto como un tenedor magnificado hasta los diez metros o más, sin otro objetivo que adornar un solitario prado, creando una atención, asombro o situado frente a una tienda de dulces, que en su jardín, a la manera de un parque, aparezcan varios caramelos con su envoltura que simulen al papel y que sean atractivas e ingeniosas bancas. Queremos y creemos en esos estímulos. No siempre se logran estos resultados como divertimentos, pero son indispensables, de muy entretenida presencia en el ambiente urbano moderno. Aunque su carencia esta dada por la falta de interés de promover un arte urbano, que puede convertirse en símbolo de cualquier ciudad o territorio, geográficamente hablando, sin dejar de lado los contratiempos en la esfera económica, que les son impuestos y sin duda, el factor más determinante para no proceder a su consecución.

Desde las pequeñas hasta las grandes cafeterías se desbordan hacia el exterior tomando por asalto el paisaje de las calles, centros comerciales e indudablemente con la intensión de producir un efecto de acercamiento, de intimidad y hasta de complicidad con los receptores, consumidores y paseantes cotidianos. El diseño, que controla la razón gráfica de un producto no solo se queda en el espacio arquitectónico, sino que se muestra en todo su quehacer creativo, enseñando, compitiendo con otros de igual rubro. Es la gráfica la que les da su identificación, su diferenciación, y por supuesto el interés que los convertirá en lugares habitables comercialmente. Continuando con el sentido de especulación urbana pensamos en el diseño gráfico de una cafetería que recoja en su ambientación, en su decoración, un determinado estilo, que a su vez enseñe, como el de las “Vanguardia artísticas del siglo XX”, -futuristas, dadaístas, racionalistas, constructivista- sería como recurrir a un libro abierto, buscando el capítulo que nos interesara y que permitiría apreciar y conocer un importante movimiento de la historia del arte y del diseño del siglo XX, que aportaron ejemplos magníficos a la relación arte-industria, a la función y al desarrollo del diseño contemporáneo,
tanto gráfico como industrial.

La señalización urbana es otra de la actividad que el diseño gráfico aborda, es orientador de la información, pero también guía visual en la expectativa de establecer un vínculo entre el receptor que se pierde en la enorme carga de imágenes que agobian las calles comerciales de la ciudades y los espacios arquitectónicos. Como por ejemplo, la gráfica se hace presente en los anuncios que identifican los comercios, restaurantes, escuelas, cines dotándoles de un nombre visual que también los diferencia entre sectores especializados, tiendas de innumerables productos de consumos, restaurantes de variadas ofertas, es la información gráfica la que permite la comunicación entre los peatones, que se agolpan en las vías de la modernidad y su decisión de ser participe de una diversidad de formas que servirán como sustento de ese paisaje urbano que nos atrapa. El universo de imágenes del diseño gráfico urbano es cada vez mayor en su contexto, necesario ya como recurso y parte de la vida de toda gran urbe, con todo su inmenso acontecer. Las múltiples y complejas actividades de una ciudad de la era moderna, requiere, incuestionablemente, de un producto gráfico de alta calidad y de entendimiento inmediato para preservar la buena imagen de éstas. En ese sentido hay que cuidar que los elementos gráficos no llenen el entorno de formas rebuscadas que agobien al receptor. Se debe procurar el máximo de atención y cuidado en el proceso creativo de diseño, resolviendo la indispensable unidad entre cada una de las partes; el estilo, es siempre un importante concepto que se convertirá en ideas que comuniquen con ingenio. Otro aspecto a cuidar es la selección de los materiales, según el contexto urbano en el que se va a trabajar, a situar las señalizaciones exteriores, los envolventes y sus dimensiones dentro del marco urbano ayudando a la indispensable atención de ser entendidos, todo esto se completa con la disposición y ubicación en las fachadas arquitectónicas, que son, finalmente, los factores que determinaran la actividad de diseño para su mejor e indispensable comunicación.

Para poder lograr todo este trabajo, tan difícil en su concepción, consecuentemente se requiere de una nueva visión del entorno urbano, con miras a un desarrollo programado, sustentable para el futuro. El concepto de sustentable se remonta alrededor de los comienzo de la década de los 70s. en la ciudad de Roma, aunque es hasta 1992 en Río de Janeiro que se adopta el término como apropiado. Sus principios más importantes, y por los que creemos pueden ser acogidos por cualquier manifestación del pensamiento, y por supuesto donde no se escapará la posibilidad de relacionarlo con el diseño gráfico, es su obligada inscripción en cualquier entorno físico y a diferentes escalas sociales y urbanas. Tiene su poder a partir de la acumulación del conocimiento histórico de la cultura, la sociedad en su conjunto y la consecución del tiempo de desarrollo humano y su aporte al ámbito urbano. Y finalmente la utilización del producto visual como elemento que debe transmitirse de una generación a otra y conservarse como patrimonio de un quehacer que lo tengamos como parte indispensable de la prosperidad y el avance de cualquier sociedad en expansión económica.

Por qué es importante la preocupación de mejorar las relaciones sustentables con el diseño gráfico urbano. Por una parte, porque el 50% de la población mundial vive en zonas urbanas y por consiguiente es apremiante una planificada urbanización que permita avanzar en complejos comerciales, en viviendas económicas para los trabajadores, en vialidades y servicios, pero también en la demanda de una graficación a la altura del proceso de modernización que hoy disfrutamos, que debe ser, no solo de índole informativo, sino sobre todo como un resultado estético-gráfico, que se aprovechará para influir en las poblaciones de
paseantes-espectadores, generando una cultura del gusto y del cuidado por cada especialidad que conformará todos y cada uno de los temas gráficos urbanos.

¿Qué problemas enfrenta la gráfica urbana en su conjunto? Uno es que en las ciudades se mueven, habitan diversidad de personas con intereses disimiles, culturalmente variados y que están en constantes planteamientos de cambios y necesidades diversas, que se pueden y de hecho son tratados como conflictos de tipo social, de consumo y por lo tanto la gráfica que se crea, para una parte de esta sociedad, puede no ser interesante y sí urgente de un estudio mercadotécnico para encontrar y conciliar los intereses de la mayoría, pues su afectación es económicamente sustancial y por consiguiente generador de malestares sociales.

Pensemos que en una comunidad, colonia o barrio marginado y otro de clase alta no se producen iguales necesidades visuales. Éstas deben estar más apoyadas hacia planes gubernamentales que absorben el recurso de programas de mejoramiento e intereses de comunicación en temas sociales y ambientales, a partir de un trabajo de la gráfica, como espectaculares que inciten al cuidado de la salud o del medio ambiente. La comunicación de la imagen y el mensaje escrito debe ser concreto, pero a la vez de un nivel en su visualidad que no denote el espacio urbano, que de manera sustentable se integre al entorno y al tiempo que servirá para cambiar hábitos y educar a las futuras generaciones de poblaciones.

Es en estos espacios en que confluyen los grandes públicos de cualquier nivel económico, donde puede producirse una alternativa de la gráfica urbana más acorde con la masividad de las necesidades urbanísticas, permitiendo, un aprovechamiento de los recursos que facilitarán el desenvolvimiento de las grandes masas en el traslado entre los espacios urbanos y su habitat. La gráfica con el sentido de sustentable que debemos darle, será el motor para producir un recurso visual único y nos permitirá enriquecer las ciudades con la gráfica urbana.
Otro de los aspectos gráficos a considerar en el ambiente urbano es la llamada “Supergráfica”, que adorna la compleja red urbana. La posibilidad de aprovechar los grandes paredones vacíos de los edificios con un consejo, que nos haga reflexionar, que posea un mensaje inteligente con ideas novedosas, que le den al entorno un aspecto constante de enseñarnos, de advertirnos de los problemas que nos rodean, de una manera diferente. También, ese otro “muro” desperdiciado, utilizado en propagandas políticas y que puede, también, participar de una didáctica del conocimiento. La “Supergráfica” convierte a la ciudad en un divertimento del espacio y de la inteligencia, que adornan las grandes paredes de los altos edificios o de los muros bajos que aparecen desprovistos de una identidad formal, porque se pierde en el conjunto del entorno urbano, claro que lo importante es que va más allá de lo sorprendente, además de que aglutina a la amplia gama de ciudadanos que viven como espectadores en toda ciudad.

El crecimiento y desarrollo de las ciudades van haciendo imposible centrar la atención en zonas impecablemente “limpias” de tanto “ruido visual”. Hay que hacer esfuerzos por un mejor ordenamiento de los propósitos de información o de comunicación gráfica, esperando un resultado positivo y de observación a las reglas de vivencias entre las comunidades y sus espacios útiles. Por ejemplo, en las mal llamadas “unidades habitacionales” (lo decimos por el termino de unidades), hay una total carencia de diseño urbano. La numeración, tanto exterior como interior, que identifican a los departamentos carecen de una adecuada selección y tamaño de los tipos de familias tipográficas, no apreciandose, no siendo legibles en su resultado comunicador. Los grandes paredones frontales o laterales de los edificios, donde a veces se recogen los nombres de éstos, son un claro ejemplo de la poca actividad creativa de la gráfica; muros que se podrían convertir en espacios de convivencia visual. Sería un aporte para estos complejos habitacionales y una buena oportunidad para darle otra función, la del conocimiento formal además de servir como recurso de identidad y orgullo para los vecinos. Es justamente en este sentido moderno de identificación y presencia del recuerdo, donde la sustentabilidad del diseño gráfico urbano, por su carácter de “perdurable”, pero a la vez intercambiable y renovable, se podría acceder a cualquier campo de la actividad humana. Creemos que el termino de “perdurable o durable” es un aspecto definitorio en el proceso gráfico que necesita el paisaje urbano, puesto que por su constante presencia va a influir con su ejemplo perseverante en el acervo de las imágenes que se producen constantemente en el ambiente de cualquier ciudad contemporánea.

En este ir y venir, a que nos obliga la necesidad de sustentable, de manera que se contemple un diagnóstico de las apreciaciones, de las necesidades, del consumo visual, a partir de una búsqueda de objetivos que faciliten la intensión de mostrar resultados que abarquen , en importancia y significación, el mejoramiento del espacio en que vivimos. Con un alto sentido de especulación, ¿cómo se verían las aceras convertidas en objeto del cuidado de la gráfica? Pensemos que de manera general, puede ser recreada, enriquecida con una propuesta que se pueda diseñar. Tal vez, locetas decoradas con temas libres, pero acompañados con intenciones para informar, colaborando a hacer posible para el paseante todo un regocijo para los sentidos, junto con propuestas para los camellones de las grandes avenidas que servirían de objetos de culto visual a la imaginación permitiendo una complicidad entre la vegetación, los frondoso árboles donde vivan fantasiosos y bellos pájaros creados por la necesidad de un cambio, de una diversidad en el entorno urbano.

Cualquier aspecto, por pequeño que sea, que no se atienda, será perjudicial para las futuras generaciones de habitantes urbanos, nosotros seremos responsables del deterioro de las formas de comunicación y de la gráfica urbana. Por eso tenemos como obligación, en cada acto de diseño aplicar con rigor “el sentido de diagnosticar”, es casi como el que se da en la medicina, es el de prevenir, el de orientar para curar los males que nos aquejan. Decidámonos a participar en un ordenamiento que pide una absoluta responsabilidad por parte del diseñador actual, actuemos en consecuencia con un solo e importante principio, el de mantener un estatus visual que le dé y conserve para las ciudades modernas un todo gráfico, magníficamente pensado, para un futuro que ya no lo podemos dejar de lado, porque estamos inmersos en él.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Maestro! Hace unos años usted vino a mi ciudad al taller de arte Rufino Tamayo y dio un taller de creatividad y en otra ocasión impartió las leyes de la forma, estudiaba yo el 2º semestre de diseño gráfico, recuerdo que usted venia con la exposición de 100 años de cine mexicano y su cartel “para subir al cielo” hace mas de 12 años de eso y yo lo he admirado, cuando leí su artículo en la revista matiz tome una frase de usted que es mi bandera, “Diseñar es una actitud ante la vida, no es una pose; diseñar es pasión, es dolor, es dulzura, por lo que debo diseñar es… Amor” recuerdo que en ese artículo comentaba de la responsabilidad que tenemos los diseñadores de embellecer el entorno vial y educar a la sociedad con buenas propuestas gráficas y es algo de lo que también habla el ultimo post.

Lo he tratado de hacer maestro! Gracias por toda la enseñanza !Larga vida Ñiko!

nati oviedo dijo...

me tome el atrevimiento de publicar este texto en mi blog.
Le comento que está publicado con su autoría. Un saludo cordial.
natalia

DG Y MÁS dijo...

Es excelente leer este buen texto con esta música de fondo, el tema me apasiona, ejemplo de que se puede tener todo en una persona, creatividad, inteligencia y humanísimo. lo admiro mucho maestro. karla